En homenaje al maestro Rigberto "Maduro" Hechavarria, el zurdo maravilloso del Tres y Cuatro cubano, tio de otro gran tresero, Cesar Hechavarria Mustelier "El Lento". Si uno busca en los diccionarios de la música cubana el nombre de Rigoberto Hechevarría Ferrer, no lo va a encontrar; y eso que entre los años 1972 a 1991 tocaba casi todos los días en la Casa de la Trova Pepe Sánchez de Santiago de Cuba. Cuando se escuchaba el característico sonido del Cuatro la gente se aglomeraba en la Calle Heredia para escuchar a este virtuoso del Cuatro y el Tres, instrumentos de cuerda que ejecutaba con mucha maestría.
A los 8 años de edad tocaba el Tres en la Academia de Música de Guantánamo, donde fue a vivir un tiempo con sus padres. Cuando empezó a tocar el Cuatro simple (de su invención, 4 cuerdas de acero sin entorchar) el instrumento tenía poco volumen y le decían que tocara "ma' duro", más fuerte, para que se oyera, y así quedó su apodo. Por eso luego siempre tocó con amplificador.
Declaró acerca de su inclinación por la música: Cuando era un niño de siete años de edad tuve un sueño. Se apareció un espíritu que se presentó como Fausto, un músico español, y tocó la guitarra para mí. Me desperté y ensayé con mi instrumento, un Tres que me había regalado mi primo, los mismos acordes. Así empecé con la música. Fausto fue mi profesor y me acompañó por treinta años y en su homenaje siempre tuve flores y un vaso de agua en mi cuarto.
En la Casa de la Trova tocaba con su quinteto acompañando a la octogenaria trovadora Chely Romero, que antes había integrado el Coro Madrigalista en la cuerda de las sopranos. Siempre andaba con su gran sombrero guajiro. Tocaba con la mano izquierda y por eso también fue llamado “Maduro el Zurdo Maravilloso”.
Cuando era adolescente le regalaron un Cuatro que sería su instrumento preferido, aunque alternaba con el Tres. El Cuatro cubano es un instrumento de cuerdas más pequeño que la guitarra, pero que tiene cuatro cuerdas. De ahí le viene su nombre. El Cuatro no se toca mucho en Cuba y en Puerto Rico tiene 5 cuerdas dobles.
A la edad de quince años, ya en Santiago, Maduro tocaba con los trovadores “mayores” como Sindo Garay, Ñico Saquito, los hermanos Hierrezuelo y Pancho Cobas, un legendario trovador fundador de La Vieja Trova Santiaguera.
Las raíces musicales de Maduro se entrelazan profundamente con el son y la trova del oriente de Cuba. Pero encontraron en este un sentido propio e incomparable que se nota en su peculiar estilo rítmico libre, utilizando armonías impresionantes de colores complicados y notas ajenas al acorde tradicional. Como todos los grandes de la música no se ajustó a la simple lectura del pentagrama, sino que como los jazzistas creaba pasajes de su inspiración en los pasacalles que asombraban al público. Los músicos jóvenes de Santiago tuvieron en Maduro a un verdadero maestro que los influyó en su quehacer artístico.
Aunque su grandeza era mucha, su fama se quedó “en casa” ya que no tuvo la oportunidad de grabar un disco ni de presentarse en el extranjero.
En 1936, cuando todavía no se realizaban grabaciones discográficas en Cuba, formó el sexteto CMKR, el cual, como su nombre lo indica, estaba destinado a las presentaciones en esa popular emisora santiaguera situada frente al Parque Dolores. Rigoberto Hechevarría “Maduro” era el director y tresero.
La vida de este sexteto fue efímera. Él era más bohemio que músico profesional, que no gustaba estar atado a las obligaciones de contratos y horarios de actuaciones en las emisoras y centros de recreación. Nunca quiso registrar sus composiciones y tampoco las escribió, por lo que no se conservan ni en la memoria de los músicos de su generación.
Era tan modesto y desprendido en su vida personal que nunca visitó La Habana. No le importaba el dinero y acomodó su existencia llevando una vida humilde hasta el extremo de carecer de lo indispensable para vivir. Solo le preocupaba que su instrumento no careciera de cuerdas.
Cuando se inauguró oficialmente la Casa de la Trova Pepe Sánchez de Santiago de Cuba, fue llamado para que actuara en el acto de apertura. No asistió. Luego se supo que le había prestado su único par de zapatos a un vecino y este no se los devolvió a tiempo. Así era de grande de la música este genio absolutamente olvidado por casi todos. Solo lo recuerda la cantante de su grupo Aracelis Chely Romero, quien cuando se refiere a él se le humedecen sus ojos mientras sonríe recordándolo.
Rigoberto Hechevarría “Maduro” nació en Santiago de Cuba el 24 de junio de 1914 y falleció en su ciudad natal el 24 de abril de 1996. Para este grande de la trova y el son va el recuerdo cariñoso con estas líneas, para que por lo menos no se pierda del todo la memoria de los que hicieron posible la grandeza de nuestra música cubana.
Lecciones de Tres Cubano para aprender a tocar Salsa y musica cubana: http://www.cubantresguitar.com/
A los 8 años de edad tocaba el Tres en la Academia de Música de Guantánamo, donde fue a vivir un tiempo con sus padres. Cuando empezó a tocar el Cuatro simple (de su invención, 4 cuerdas de acero sin entorchar) el instrumento tenía poco volumen y le decían que tocara "ma' duro", más fuerte, para que se oyera, y así quedó su apodo. Por eso luego siempre tocó con amplificador.
Declaró acerca de su inclinación por la música: Cuando era un niño de siete años de edad tuve un sueño. Se apareció un espíritu que se presentó como Fausto, un músico español, y tocó la guitarra para mí. Me desperté y ensayé con mi instrumento, un Tres que me había regalado mi primo, los mismos acordes. Así empecé con la música. Fausto fue mi profesor y me acompañó por treinta años y en su homenaje siempre tuve flores y un vaso de agua en mi cuarto.
En la Casa de la Trova tocaba con su quinteto acompañando a la octogenaria trovadora Chely Romero, que antes había integrado el Coro Madrigalista en la cuerda de las sopranos. Siempre andaba con su gran sombrero guajiro. Tocaba con la mano izquierda y por eso también fue llamado “Maduro el Zurdo Maravilloso”.
Cuando era adolescente le regalaron un Cuatro que sería su instrumento preferido, aunque alternaba con el Tres. El Cuatro cubano es un instrumento de cuerdas más pequeño que la guitarra, pero que tiene cuatro cuerdas. De ahí le viene su nombre. El Cuatro no se toca mucho en Cuba y en Puerto Rico tiene 5 cuerdas dobles.
A la edad de quince años, ya en Santiago, Maduro tocaba con los trovadores “mayores” como Sindo Garay, Ñico Saquito, los hermanos Hierrezuelo y Pancho Cobas, un legendario trovador fundador de La Vieja Trova Santiaguera.
Las raíces musicales de Maduro se entrelazan profundamente con el son y la trova del oriente de Cuba. Pero encontraron en este un sentido propio e incomparable que se nota en su peculiar estilo rítmico libre, utilizando armonías impresionantes de colores complicados y notas ajenas al acorde tradicional. Como todos los grandes de la música no se ajustó a la simple lectura del pentagrama, sino que como los jazzistas creaba pasajes de su inspiración en los pasacalles que asombraban al público. Los músicos jóvenes de Santiago tuvieron en Maduro a un verdadero maestro que los influyó en su quehacer artístico.
Aunque su grandeza era mucha, su fama se quedó “en casa” ya que no tuvo la oportunidad de grabar un disco ni de presentarse en el extranjero.
En 1936, cuando todavía no se realizaban grabaciones discográficas en Cuba, formó el sexteto CMKR, el cual, como su nombre lo indica, estaba destinado a las presentaciones en esa popular emisora santiaguera situada frente al Parque Dolores. Rigoberto Hechevarría “Maduro” era el director y tresero.
La vida de este sexteto fue efímera. Él era más bohemio que músico profesional, que no gustaba estar atado a las obligaciones de contratos y horarios de actuaciones en las emisoras y centros de recreación. Nunca quiso registrar sus composiciones y tampoco las escribió, por lo que no se conservan ni en la memoria de los músicos de su generación.
Era tan modesto y desprendido en su vida personal que nunca visitó La Habana. No le importaba el dinero y acomodó su existencia llevando una vida humilde hasta el extremo de carecer de lo indispensable para vivir. Solo le preocupaba que su instrumento no careciera de cuerdas.
Cuando se inauguró oficialmente la Casa de la Trova Pepe Sánchez de Santiago de Cuba, fue llamado para que actuara en el acto de apertura. No asistió. Luego se supo que le había prestado su único par de zapatos a un vecino y este no se los devolvió a tiempo. Así era de grande de la música este genio absolutamente olvidado por casi todos. Solo lo recuerda la cantante de su grupo Aracelis Chely Romero, quien cuando se refiere a él se le humedecen sus ojos mientras sonríe recordándolo.
Rigoberto Hechevarría “Maduro” nació en Santiago de Cuba el 24 de junio de 1914 y falleció en su ciudad natal el 24 de abril de 1996. Para este grande de la trova y el son va el recuerdo cariñoso con estas líneas, para que por lo menos no se pierda del todo la memoria de los que hicieron posible la grandeza de nuestra música cubana.
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Music | Upload TimePublished on 14 Mar 2016 |
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